lunes, 26 de noviembre de 2012

Educación en el coloniaje


 Educación en el coloniaje
Durante el periodo colonial prevaleció el saqueo intensivo de las riquezas culturales y la desestructuración de los principios de la vida comunitaria. Las naciones indígena originarias fueron esclavizadas bajo el argumento de ser sociedades bárbaras, idólatras, irracionales, salvajes y sin “alma". En este periodo, el sistema colonial de la Iglesia Católica y el poder político de la corona española, consideraron la ritualidad y religiosidad propias de los pueblos indígenas originarios como idolatrías que debían ser extirpadas. Este fue el argumento empleado por la “curia” para destruir los saberes y conocimientos desarrollados por los pueblos indígenas. Así fue, que en 1562 Fray Diego de Landa se encargó de convertir en cenizas siglos de literatura, filosofía, historia y cultura maya, y años más tarde, el Concilio Provincial de Lima de 1583 recomendó la destrucción de los quipus Incas. Demás está decir que los sabios y eruditos fueron sometidos, torturados y eliminados por la Inquisición, hecho que dificultó la recuperación y preservación de la cultura de esos pueblos.
La catequización en lenguas originarias y el bautismo en la visión colonizadora, servía para “proveer de alma a los indios”, hacerlos dóciles y serviles para los propósitos del coloniaje. El mecanismo central para este propósito era la evangelización oral conmaterial de catequesis de la religión católica. Así, cartillas, catecismos y confesionarios, asumen un papel protagónico en la educación y adoctrinamiento de losindígenas; sin embargo, esos medios motivaron el aprendizaje de nuevas formas de comunicación, lo que llevó a la adopción de la lectura y la escritura como mecanismode transmisión de su propia cultura. De esta forma, los libros utilizados por loscolonizadores, resistidos por los indígenas en un principio, paulatinamente fueronapropiados como un instrumento para su liberación; similares sucesos se produjeronen relación a la arquitectura, la escultura, las artes textiles y la música. A pesar deello, la hegemonía en cuanto a la producción de textos, sus contenidos y otras artesquedaron en manos de los colonizadores4 de tal manera que para la mayoría de loshabitantes el libro se convirtió en la fuente de un tipo de conocimiento memorístico.

Con el paso de los siglos, esto derivó en la división social de la educación, donde unosson los que producen los conocimientos y escriben libros; otros los que transmiten esosconocimientos, los maestros; y finalmente los/as estudiantes/as, que consumen yrepiten ese conocimiento a través de los libros sin establecer un contacto directo con lanaturaleza, la cultura y la vida cotidiana.
En esta época las escuelas existentes fueron solo de adoctrinamiento y de enseñanza elemental, dirigida a los hijos varones de colonizadores, criollos y caciques. Un ejemplode esto es la primera escuela en Bolivia fundada por el padre Alfonso Bárgano en 1571en la ciudad de La Paz, la cual persiguió el objetivo de “descubrir vocacioneseclesiásticas” en los estudiantes.

Solamente en las misiones jesuíticas se dio una educación dirigida a los indígenas; sinembargo, al estar dirigida a satisfacer las necesidades de la colonia, condujo a unadesestructuración radical de la organización sociocultural, económica y política de los“pueblos reducidos”, llamados así por el reacomodo poblacional que hicieron loscolonizadores debido a la escasa y dispersa población.
La organización económica, política y social del coloniaje no consintió una educaciónpara la mayoría de la población indígena originaria, sino solamente para los hijos delos caciques, quienes tuvieron acceso a una educación religiosa de alienación cultural.
Los conquistadores tuvieron el propósito de explotar los recursos naturales a costa dela mano de obra indígena, para lo cual era necesario negar todo tipo de educación quelos acercara a la comprensión de la mentalidad europea.

La educación estaba dirigida a los hijos de los criollos, mestizos, funcionarios, comerciantes adinerados y terratenientes, que recibían instrucción de lectura y escritura a domicilio por maestros llamados leccionistas. En resumen, no hubo en la colonia instrucción primaria gratuita obligatoria ni particular para la mayoría de la población indígena originaria. De esta manera, la única acción educativa en la época colonial fue la catequística, negando toda posibilidad de valoración cultural propia.

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